Rafael (1483-1520) es reconocido como el pintor que mejor representó el clasicismo. A lo largo de su vida, consiguió en sus obras la anhelada asimilación del mundo pagano y el cristiano.
EVOLUCIÓN Y OBRAS
Este autor recibió mucha influencia de parte de Miguel Ángel, lo cual le llevó a dar a sus figuras y composiciones mayor monumentalidad, pero que finalmente le condujeron a derivar su estética clasicista hacia otra más expresiva y de fuerza interior, propias del último Miguel Ángel y del manierismo.
Su evolución se aprecia en sus frescos de la estancia vaticana:
En la estancia de la Signatura queda patente el clasicismo inicial del artista. En ellas destaca el fresco "La Escuela de Atenas", cuyos personajes son filósofos del mundo antiguo reunidos en un escenario monumental que recuerda a las obras de Alberti o Bramante. Entre los filósofos aparecen como principales protagonistas Platón con el rostro de Leonardo da Vinci y Aristóteles, representando así las dos corrientes filosóficas más determinantes en el Renacimiento. Otros sabios contaban también con rostros de artistas del momento, como Euclides (Bramante) o Heráclito (Miguel Ángel).
En la estancia de Constantino, Rafael se aproximó ya a la fuerte tensión y torsión de los cuerpos propios del manierismo, como se aprecia en la pintura de la "Batalla de Constantino contra Majencio". Esta batalla también conocida como "La Batalla del puente del Milvio" enfrentó a Constantino con su rival, lo cual determinó la derrota de Majencio y la victoria del cristianismo sobre el mundo pagano. La escena se halla ambientada al norte de Roma con el Monte Mario.