Muchas veces se asocia al Renacimiento con un proceso de secularización de la sociedad, pero esto solo en parte es correcto. Como prueban las iglesias y museos de hoy, una enorme cantidad de arte renacentista trató temas religiosos, y la Iglesia Católica fue, con mucho, la mayor clienta individual entre todos los que estaban.
La estatuaria sacra del Renacimiento, como toda arte sacra de la época, fue creada con el propósito de establecer un medio de comunicación mediada con Dios y los ángeles y santos, y como una especie de monumento que pudiese recordar constantemente al devoto los principios esenciales de la fe a través de una compleja red de convenciones simbólicas representacionales, entonces de dominio público, con respecto a actitudes, gestos, posturas y expresiones fisonómicas de las figuras y el carácter general de la composición y de la narrativa.
El monumento fúnebre fue uno de los grandes mercados para la escultura renacentista, y al contrario que en la Edad Media, cuando se erigían muchos años después de la muerte del homenajeado, en el Renacimiento aún en vida los individuos se preocupaban en crear sus túmulos. La tumba de la élite italiana, que podía darse el lujo de encomendar un monumento caro como ese, era generalmente un construcción bien elevada encima del suelo, ocupando un nicho en una iglesia, con una ataúd para el cuerpo y una estatua, busto o medallón con la efigie del muerto aparte de una variedad de elementos decorativos accesorios, como falsos cortinados, doseles, escudos y estaaria, entre ángeles, personajes alegóricos, imágnes de santos o de Cristo y la Virgen.
Dentro del aparato litúrgico otras piezas tenían una función prominente, y recibieron tratamiento escultórico, revelando la estrecha asociación entre escutlura y arquitectura a lo largo de todo el Renacimiento. Una de ellas era la pila bautismal, por ser donde el recién nacido ingresaba en la vida cristiana por el bautismo, se le eliminaba la mancha del pecado original.
En muchos casos la pila estaba localizada en un edificio independiente de la iglesia, como los grandiosos baptisterios de Florencia y Pisa.
En los grupos escultóricos de carácter religioso se mostraba la combinación del naturalismo con una intensa expresividad, la serenidad florentina desapareció ante las pasiones que mostraban los personajes con sus caras deformadas por los gestos de desesperación y dolor.